Universidades de Concepción, Santiago y Santa María ya tienen proyectos. Con 4 mil kilómetros de costa, el país posee un apetecible potencial energético en olas y mareas. Tanto, que expertos ingleses y del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada ya comenzaron los primeros sondeos para determinar los puntos con más potencial. En dos años podría estar funcionando primer prototipo nacional en costas de la Región del Biobío. La Nación, 09 de diciembre de 2008.
El Puente Bicentenario iba a ser uno de los hitos de los gobiernos de la Concertación, aunque su alto costo, finalmente derribó la iniciativa en 2006.
En ese entonces, el ingeniero René Fischman propuso la construcción de un puente de cajón, el que podría generar energía mareomotriz (producida por las variaciones en la marea). La idea, según el autor, consistía en incorporar 200 turbinas bajo la construcción, las que permitirían obtener 7.516 MW de potencia, "para ser conservador", dice, pues el Canal de Chacao tiene capacidad para producir más de 10 mil MW (y según cálculos de los inversionistas canadienses que estuvieron interesados en construir el puente, superaría los 14.000 MW). "Más de lo que el SIC (Sistema Interconectado Central) produce en la actualidad", sostiene.
El proyecto de Fischman costaba 100 millones de dólares pero fue rechazado, porque según el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el ingeniero subvaloró los costos. Lo anterior no significa que el proyecto esté totalmente desechado -como han asegurado en el Ejecutivo- ni menos que la energía que se puede explotar desde el litoral no ronde en el Ejecutivo. El ministro de Energía, Marcelo Tokman, aseguró haber conversado con Bitar y con Corfo acerca del potencial del mar chileno para la producción de energía y aunque concluyeron que por el momento, la tecnología para desarrollarla es muy cara, sí reconoció que ya hay estudios de prospección en marcha. "Debemos comenzar al menos con la identificación de lugares para iniciar el levantamiento de información y determinar qué potencial hay en distintas zonas para que posibles inversionistas no tengan que partir haciendo este trabajo", sostuvo Tokman.
Según fuentes ligadas a la investigación sobre energías del mar, a mediados de este año, técnicos ingleses ya comenzaron a realizar estos análisis, que se suman a otros que realiza el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) sobre viento, mareas, olas y corrientes. Sin embargo, el SHOA aclara que por sí solos no son concluyentes para determinar el potencial de la costa chilena. "Deben aplicarse nuevas técnicas, como la implementación de modelos numéricos y la utilización de información satelital, para extender geográficamente nuestro conocimiento de estas energías", señala el capitán Andrés Enríquez, jefe del departamento de oceanografía del organismo.
Enorme potencial
Con más de 4 mil kilómetros de costa, el país tiene un enorme potencial en energías del mar. Según estudios de la consultora Baird and Associates, Chile es el país con más potencia del mundo para la producción de energía undimotriz (obtenida de las olas). "En toda la costa chilena existen 240 mil MW, doce veces la capacidad instalada en centrales hidro y termoeléctricas. Mientras más al sur, más potencia", explica Patricio Monardez, ingeniero de proyectos de Baird.
El experto asegura que hay muchos interesados en explotar las olas nacionales, por ello se atreve a confirmar que en los próximos 3 a 5 años, Chile tendrá su primera planta instalada. Pero el optimismo de la consultora, choca con la falta de tecnología y el alto costo de este tipo de energía. Si bien, en el mundo ya se han desarrollado plantas mareomotrices desde hace más de 40 años, la mayoría ha sido a nivel de prototipo o con potencias muy bajas.
El precio de obtener energía del mar además es uno de los más altos: entre 3 y 7 millones de dólares por MW, en el caso de la undimotriz. Según Monardez, con este precio, por el momento sólo puede competir con la eólica, cuyo costo varía entre los 2,5 y 3,5 millones por MW.
"El riesgo todavía es alto para invertir (...). Es necesario comprender los riesgos, sobre todo cuando hay una gran variedad de tecnologías que pueden ser utilizadas. Pero creo que la energía de las corrientes y olas, que se desarrollan bien en Europa, en los próximos 3 a 5 años pueden presentar riesgos tecnológicos mucho menores para Chile", aseguró en su paso por el país, Antonio Sarmento, experto en energía marítima de la Universidad de Lisboa y director del Centro de Energía de las Olas, la primera planta undimotriz portuguesa.
Al costo y falta de tecnología hay que agregar otros tres factores: el impacto ambiental, cómo trasladar la energía desde el mar al continente y la falta de regulación en la materia, puntos que deberían ser discutidos antes de comenzar cualquier inversión.
Proyecto en el Biobío
Claudio Roa, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Concepción, es uno de los chilenos interesados en el estudio y explotación de la energía del mar. Junto a Miguel Arias, su contraparte en la Universidad de Santiago, Primus Consultores y expertos de la empresa sueca Seabased, conforman un preconsorcio Innova Bío Bío, de Corfo, iniciativa que tiene plazo hasta diciembre para estudiar la factibilidad técnico-económica, oceanográfica, ambiental y legal, de realizar la transferencia de energía undimotriz, aprovechando el oleaje de la costa de la Región del Biobío. De ser aprobado como proyecto, en dos años podría estar funcionando como prototipo, el primero del país.
Seabased les cede un modelo de generador, que produce energía por la diferencia de ola entre pico y valle. “Es una flotador que está enganchado a un cable y a un émbolo, que está puesto en un aparato eléctrico. Produce energía a través del movimiento lineal”, explica Roa. “La idea es traer el equipo y probarlo acá y si es necesario, hacerle algunos ajustes por el ambiente. Necesitamos dos años para realizar las adaptaciones y tener el prototipo”, señala Roa.
Prototipo de la Santa María
En el Centro de Energías Alternativas de la Universidad Técnica Federico Santa María, un grupo de estudiantes diseñó un prototipo de generador undimotriz, que producirá electricidad a partir del movimiento vertical de las olas. La idea es diseñar una boya que, anclada al fondo del mar, aprovecharía el movimiento vertical de la ola transformándolo en un movimiento rotacional a través de un sistema mecánico. En la actualidad reciben financiamiento de la misma universidad para construir un modelo a escala, con el que, a fines de este año, esperan generar 500W, mientras terminan sus tesis para afinar los detalles técnicos y los costos.
Fuente: Fundación Terram
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